LAS ENSEÑANZAS DE SILVANO

LAS ENSEÑANZAS DE SILVANO

INTRODUCCIÓN:

Tras una ardua tarea que se ha prolongado durante más de 18 meses ve la luz esta “Tradux Gnostika” del libro cuarto perteneciente al códice VII de Nag-Hammadi.
Es, probablemente, la versión más fiel al sentido original con la que contamos en la actualidad.
El manuscrito se encuentra en un buen estado de conservación, presentando sólo dos pequeñas frases ilegibles que, como siempre, se colocan entre [ ] en el texto traducido.
La datación del original que serviría de modelo a esta copia manuscrita en caracteres coptos probablemente deba situarse a principios del siglo III.
Aunque hay investigadores que arguyen que este libro no es propiamente gnóstico sino que el autor parece pertenecer ideológicamente al grupo cristiano que finalmente predominó e impuso sus dogmas, esto presenta sus muy serias dudas.
Es evidente el carácter psicoanalítico de la Enseñanza de Silvano. Los enemigos de la psiquis no están fuera sino dentro de uno mismo. Se puede llegar a ser semejante a Dios mediante el conocimiento de sí mismo. La grandeza del Cristo no radica en su martirio histórico sino en su continuo sacrificio desde el interior de un hombre.
El autor pudiera ser verdaderamente uno de los discípulos directos de Pablo de Tarso. De hecho se cita a un acompañante de Pablo llamado Silvano en Hechos de los Apóstoles capítulos 15, 16 y 19, Silas, que es, evidentemente, el mismo Silvano que se cita en 1 Tesalonicenses 1, 1.
Además aparece citado expresamente Pablo en el libro y, como se ve, atribuyéndole semejanza con el Cristo.
Las dudas sobre el gnosticismo de Silvano serán en todo caso las que plantea el gnosticismo de Pablo. Está claro que el contexto histórico paulino es el de una comunidad con sede en Roma que se está imponiendo por muchos lugares. Empiezan a aparecer los monasterios. Conviven, mezclándose incluso, corrientes gnósticas y corrientes dominantes.
Lo que no cabe duda es que Las Enseñanzas de Silvano pasaron a formar parte de una biblioteca claramente gnóstica. Y tampoco cabe la menor duda de que este libro fue uno de los condenados por la comunidad dominante, lo que motivó la ocultación del mismo en Nag-Hammadi y su viaje en el tiempo hasta nosotros.
Respecto a nuestra “Tradux Gnostika” cabe decir que se ha realizado un notable esfuerzo por restaurar y respetar el sentido original pero evitando también el uso de términos obsoletos o confusos, o sea, intentando que el texto no se aleje más que en lo necesario del castellano actual.
Cabe decir que se ha dejado el término Psiquis en vez de traducirlo como Alma. La palabra Intelecto se utiliza en el manuscrito de una forma doble, a veces como equivalente a “Mente” en un sentido más general y otras como equivalente a “Nous” , es decir, “El Maestro Divino Interior” cuya naturaleza (en el texto:“Noeron”) es la Mente o Intelección Iluminada. Por tanto, optamos por matizarlo así utilizando, según los casos, la palabra “Mente” y “Nous”.
Por último, cabe indicar que el colofón final del libro es, sin duda, añadido por el copista que desarrolla el acróstico ICTUS: Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador, añadiendo “Maravilla Extraordinaria” rodeado todo de tres letras “fi” y tres letras “eta”.
El conjunto del manuscrito no parece seguir un orden determinado y, a veces , pudiera pensarse que se trata de una recopilación de citas. Probablemente sea un resumen de algunos asuntos importantes al que se le ha dado forma de discurso. El original no aparece dividido temáticamente ni en capítulos por lo que hemos respetado esa estructura.
Esperamos que este trabajo sirva para una mayor comprensión de la Gnosis.

«LAS ENSEÑANZAS DE SILVANO»

Elimina todas las debilidades para adquirir la potencia de la Conciencia y tu psiquis. No cedas en la guerra contra la locura de todas las pasiones lujuriosas, contra la malignidad, contra el deseo de ser grande, la reactividad, los detestables celos y la infatigable ira así como contra la avaricia. Mantente despierto en la campaña con tu escudo y tu lanza. Mantente armado con tus soldados que conforman el verbo, y los jerarcas que te aconsejan y con tu Conciencia que es tu interior guía.
Hijo, echa de ti todos los malvados muy lejos de tus puertas. Guarda todas tus puertas con la antorcha del verbo que con esto conseguirás un vida tranquila. Quien no se cuide de esto se convertirá en una ciudad arrasada a la cual bestias de muchas clases han arrasado. Son las bestias feroces todos los malos pensamientos. No alcanzarás paz con tu ciudad llena de ladrones por estas bestias feroces. El Maligno es el tirano señor de todas y cuando te domina convierte todo en lodo.
Toda la ciudad, que es tu psiquis, morirá. Aparta de ti todas estas cosas, psiquis desventurada. Haz habitar en ti al maestro y al guía. Este guía es tu Conciencia. El maestro es el Ser interior. Sólo ellos te alejarán de la destrucción y el peligro.
Escucha, hijo, mi consejo: no vuelvas tu espalda hacia tus enemigos. No huyas. Persíguelos con fuerza para no ser como animal acosado por los hombres sino un hombre que acosa a las bestias feroces. De esta forma no te vencerán y no te pisotearán como un cadaver y no perecerás víctima de su crueldad.
Hombre desventurado, ¿qué será de ti si caes en su poder? Ten cuidado para que no te capturen tus enemigos. Sométete a estos dos amigos: el Ser y la Conciencia y no podrás ser vencido. ¡Que la Divinidad habite tus campos! ¡Que el hálito divino guarde tus muros! ¡Que el Ser interior sea el fuego de tu Conciencia, abrasando la madera del error!
Porque si haces estas cosas, hijo, vencerás a todos tus enemigos y no podrán hacerte daño, no podrán oponerte resistencia, no podrán andar contigo puesto que si se cruzan en tu camino podrás despreciarlos como a los mosquitos. Ellos tratarán de sobornarte. Te suplicarán, te incitarán por temor de los que habitan en ti, los guardianes de la divinidad y de la sabiduría.
Hijo, acepta con alegría las enseñanzas y la sabiduría, no las rechaces. Cuando tengas la enseñanza haz lo correcto. Así fabricarás una corona de sabiduría para tu guía interior. La perfecta sabiduría úsala como vestido. Adquiere nobleza por tus acciones rectas. Sé disciplinado y austero. Júzgate a ti mismo como un juez sabio. No desprecies mi enseñanza y te quedes en la ignorancia por temor a perturbar la inercia de tu pueblo. No te alejes de lo divino y de la sabiduría de tu interior pues quien te enseña te ama mucho aunque te imponga la necesaria austeridad. Rechaza las tendencias animales que están dentro de ti. No des crédito a los pensamientos torcidos.
Conviene que profundices en lo que te enseño. Si es adecuado gobernar las cosas visibles, mucho mejor es gobernar todo, levantando a tu Ser divino como gobernador de tus asambleas y pueblos, por medio de la victoria sobre los poderes que matan la psiquis.
Hijo, ¿puedes desear ser un esclavo? ¿por qué te comportas irracionalmente?
Hijo, no tengas miedo de nadie, sólo de Dios, el Altísimo. Aleja de ti las astucias del Maligno.
Haz en ti la visión iluminada que aleja las tinieblas. Vive en el Cristo y adquirirás un tesoro arriba. No te cargues de cosas inútiles para no convertirte en un ciego guía de ciegos.
Hijo, escucha lo que te enseño, que es útil y bueno. Pon fin al sueño que llevas encima. Sal de tu olvido tenebroso que si no tuvieras posibilidad no te diría estas cosas. El Cristo es quien te otorga esta dádiva. ¿Permanecerás en la oscuridad cuando puedes obtener la luz? ¿Beberás de las aguas sucias cuando puedes disponer de las aguas limpias? ¿La Sabiduría te llama y tu elegirás la locura? No son tus deseos los que te incitan a hacer estas cosas sino tu naturaleza animal. La Sabiduría te llama porque es misericordiosa y dice: ven a mi insensato y recibe el regalo de la buena y excelente inteligencia. Yo te haré las vestiduras de sumo sacerdote que están tejidas de conocimiento. La mala muerte es la ignorancia. Las tinieblas el estado interior de olvido. Pon tu esperanza sólo en la divinidad. No ambiciones oro ni plata aunque le veas utilidad. Sólo ponte el traje de la sabiduría y como corona el conocimiento de ti mismo. Siéntate en el trono de tu percepción y serás recibido en lo alto nuevamente.
Un hombre necio viste habitualmente el traje de la necedad. Como vestido fúnebre su vergüenza y se corona con la ignorancia y se sienta en su trono de estupidez. Como loco se pierde, pues es guiado por la ignorancia siguiendo los caminos de los deseos y las pasiones. Nada en los deseos de la vida y naufraga pensando que realiza acciones útiles. Este desgraciado que hace así morirá porque no posee la guía de la Conciencia. Es semejante a un barquito que el viento lleva de un lado a otro, o como un caballo desbocado sin conductor puesto que carece de ese conductor que es la inteligencia. El desventurado se extravía por no haber prestado atención a la enseñanza. Es movido de un sitio a otro por obra de sus tres desgracias: tiene la muerte como padre, la ignorancia como madre y ha seguido los malos consejos de su hermano, que considera su amigo. Ahora, necio, llora por ti mismo.
De ahora en adelante, hijo, vuélvete a tu naturaleza divina. Los amigos engañosos y malvados aléjalos de ti. Considera al Cristo tu amigo y tu maestro. Arroja la muerte de ti, la que ahora es tu padre puesto que no tiene existencia real ni la tendrá. Puesto que has desterrado de ti a Dios, el Padre auténtico, la vida verdadera y fuente de vida, ha llegado a tener la muerte como padre y la ignorancia como madre. Ellos te han privado del conocimiento verdadero. Así que regresa, hijo, a tu primer Padre divino, y a la Sabiduría, tu madre, de los que naciste al principio, para luchar contra tus enemigos, las Potencias del Enemigo.
Escucha mi consejo, hijo y no te muestres ensoberbecido y contrario al buen juicio. Ponte junto a la divinidad del Ser interior. Ten presentes las enseñanzas de Jeshua, el Cristo, y reinarás sobre toda la tierra y serás honrado por los ángeles y los arcángeles que serán tus amigos, compañeros y servidores. Y tendrás tu morada arriba.
No causes tristeza ni pena a tu divinidad interior. Recuérdala y suplícale que puedas mantenerte limpio, mediante la (temperancia o castidad) de tu psiquis y de tu cuerpo y así te convertirás en trono de la Sabiduría. Mediante la intimidad con Dios (se propuso el término “íntima recordación”) El te iluminará.
Antes de nada debes conocer tu origen, de qué sustancia has salido, de qué raza y de qué especie. Debes saber que has salido de tres razas: de la tierra, de lo modelado y de lo creado. El cuerpo ha salido de la tierra, de una sustancia terrestre. Lo modelado o psiquis operaria ha salido de la mente divina. Lo creado es la Conciencia que ha salido de la imagen de Dios. La Conciencia divina posee una sustancia salida de lo divino, mientras que la psiquis es la que modela los afectos y es la parte femenina de lo que ha salido según la imagen. Pero los cuerpos que han salido de la tierra tienen como sustancia a la materia.
Al mezclarte adquieres partes de las tres, volcándote de la virtud a la degradación. Así que vive según la Conciencia y no pienses en las cosas carnales. Adquiere la fuerza de la Conciencia, que es fuerte. Si te caes de ella, te has convertido en mezcla. Y cuando desprecias la sustancia de la Conciencia, o sea, la inteligencia, suprimes la parte masculina y te situas únicamente en lo femenino. Así te vuelves psíquico a pesar de haber recibido la sustancia de lo modelado. Si, además, rechazas esto, te apartas de tu parte humana y te vuelcas en el pensamiento animal y adquieres semejanza a la naturaleza animal y te conviertes en carnal. Y si ya es difícil encontrar un psíquico más lo es llegar a Dios.
Dios es el Espíritu, el hombre tiene la imagen de la sustancia de Dios, la psiquis divina es parte de El. Pero también está la psiquis carnal y la chispa mediocre va de un lado a otro. ¿Cómo adquirir entonces lo verdadero? Es mejor para ti, hombre, que te inclines más hacia lo humano que hacia lo animal, o sea, lo carnal, puesto que vas adquiriendo semejanza de aquello hacia lo que te inclinas. Te diré de nuevo: ¿qué prefieres, ser animal y vivir esta clase de naturaleza?
Participa mejor de la naturaleza de la verdadera vida. Lo animal te conducirá a la raza de la tierra pero la naturaleza del Nous te llevará a formas noéticas. Tiende a la naturaleza noética y rechaza la naturaleza que proviene de la tierra.
¡Psiquis contumaz! Abstente de la borrachera y sepárate de ella, que es obra de la ignorancia. Si insistes en vivir según el cuerpo permaneces en lo terrenal. Cuando entras en un cuerpo, eres creada por la “cámara nupcial” y te iluminas por la Conciencia.
Hijo, no nades en cualquier agua y no te dejes ensuciar por gnosis extravagantes. ¿Ignoras que la inventiva del Enemigo no es escasa y que posee estratagemas variadas? El hombre noético no debe perder la astucia de la serpiente. Es necesario que inteligentemente unas la astucia de la serpiente y la inocencia de la paloma para que no entre en ti (el Enemigo) bajo la forma del adulador, como si fuese un amigo de verdad, diciendo: yo te doy buenos consejos.
Tu no has reconocido la astucia de éste (el Enemigo) cuando lo has recibido en ti como un amigo de verdad. Los malos pensamientos los vuelca en tu corazón como buenos, y la falsedad con forma de conocimiento verdadero, y la avaricia con forma de frugalidad saludable, y la ambición con forma de belleza, y la ostentación y el orgullo con forma de una gran austeridad, y la impiedad como algo divino. Aquel que manifiesta “yo tengo muchos dioses” está sin Dios. Y el conocimiento erroneo lo vuelca en tu interior con forma de palabras misteriosas. No es posible entender sus pensamientos y sus numerosas estratagemas para quienes lo consideran el gran iluminador y quieren que sea su rey.
Hijo, ¿cómo vas a aceptar sus pensamientos (los del Enemigo) o sus mandatos que matan la psiquis? Son numerosísimas sus maniobras y lo que inventa en su maldad, y sabe dónde están las puertas de tu alma, como entrar y con qué vestido.
Refúgiate en el Cristo, que tiene el poder para liberarte y que se ha introducido dónde maniobra él (el Enemigo) con el fin de destruirle astutamente a través de los mismos medios. Pues éste (el Cristo) es tu rey en ti y no es vencido nunca ni nadie se le puede oponer ni dirigirle la palabra. Este es tu rey y tu padre y no hay nadie parecido a él. El Maestro divino esta en ti siempre. El te auxilia y viene a ti por lo divino que hay en ti.
No pronuncies palabras malas cuando te juzguen, pues todo hombre malo daña su corazón y el hombre ignorante marcha directo a su destrucción. Un hombre sabio conoce su camino y un hombre ignorante no se priva de repetir lo que no sabe. Un hombre sabio no profiere palabras de cualquier modo sino que antes observa con atención a quienes van a escucharlas. No pronuncies palabras de cualquier modo ante gente a quien todavía no conoces.
Hazte de muchos amigos pero no de muchos consejeros. Examina antes a tu consejero. A todo hombre adulador no lo aprecies. Por un lado sus palabras son verdaderamente dulces como la miel pero por otra, su corazón está lleno de eléboro (veneno). Cuando éstos entienden que se han convertido en amigos de verdad, entonces, con astucia se vuelven contra ti y te arrojan al barro. No te fíes de nadie como amigo puesto que este mundo todo ha nacido de la astucia y todos los hombres tienden a agitarse. La mayor parte de las cosas mundanas son inútiles y vanas. No hay (amigo) y no hay hermano ya que cada cual busca su ventaja.
Hijo, no escojas a cualquiera como amigo y si escoges a uno no te confíes a él. Confíate sólo a Dios como padre y como amigo, puesto que todos los hombres se comportan falsamente. La tierra toda está llena de penas y sufrimientos inútiles. Si quieres vivir tu vida tranquilamente no camines con nadie. Si tú caminas con ellos que sea como si no lo hicieras. Sé agradable a Dios y no tendrás necesidad de nadie.
Vive con Cristo y te salvará, pues El es la luz verdadera y el sol de la vida. Así como el sol visible ilumina los ojos de la carne, así también el Cristo ilumina la psiquis y el corazón. ¡Si alguien que tiene malo el cuerpo tiene una muerte miserable, cuánto más aquel que tiene su mente en oscuridad! Todo ciego [se alegra si] ve [la luz] pero aquel que no tiene su mente sana no se alegra de adquirir la luz del Cristo, o sea, del Logos.
Todo lo visible es una huella de lo que está oculto. Y lo mismo que un fuego que arde en un lugar no pertenece a ese lugar, igual sucede con el sol que está en el cielo: todos sus rayos llegan a los lugares que están sobre la tierra. Del mismo modo el Cristo es una sola sustancia que ilumina todo lugar. Hablemos, por tanto, de nuestro Nous como de una lámpara que arde iluminando el lugar. Ubicándose en una parte de la psiquis, ilumina todas las partes.
Hablaré aún cosas más elevadas acerca de esto: el Nous, sustancialmente, está en un lugar del cuerpo, pero psíquicamente el Nous no está en un lugar. Pues ¿cómo puede estar en un lugar siendo que él contempla todos los lugares?. Igualmente podemos decir de lo que está más elevado que esto: no pienses íntimamente que Dios está en un lugar. Si tú pones al Señor del Todo en un lugar, entonces es preciso aceptar que el lugar es mayor que el que habita tal lugar, puesto que el continente es mayor que el contenido. Puesto que no hay algo (material) que se pueda decir incorporal, no es acertado que nosotros digamos que Dios es corporal, ya que nosotros atribuimos la evolución y la involución al cuerpo y el que sufre éstas no es imperecedero.
Al creador de las criaturas no es difícil conocerlo, pero es imposible comprender su apariencia. Los hombres no son los únicos a los que es difícil comprender a Dios pues también es difícil para toda naturaleza más elevada, angélica y arcangélica. Es necesario conocer a Dios tal como es y no te es posible conocer a Dios a través de nadie sino del Cristo, quien posee la imagen del Padre. Esta imagen es el semejante verdadero que se ha manifestado. No se puede reconocer un rey si su imagen.
Considera esto de Dios: que está en todos los lugares y al mismo tiempo [no está en ningún] lugar. [Por su sustancia] El está en todo lugar y por su divinidad no está en lugar alguno, así que es posible conocer algo de Dios. Por su sustancia, en verdad, llena todo lugar, pero por lo sublime de su divinidad nada lo contiene. Cada cosa está en Dios y Dios no está en nada.
Pero ¿quién conoce a Dios? Todo lo que es verdadero es Dios. Así como es imposible ver al Cristo, como al sol, Dios ve todo lo existente pero nadie lo ve a El.
El Cristo no es avaro, recibe y da. El es la Luz del Padre, iluminando sin avaricia, iluminando todo lugar. El Cristo es el Todo puesto que ha recibido el Todo en herencia de Aquel que Es. El Todo es, por tanto, el Cristo incorruptible. Entiende que es sustancia incorruptible, la misma razón de la incorruptibilidad es el Cristo, la luz que brilla sin ser contaminada. El sol, efectivamente, (se manifiesta) en todo lugar impuro, y no se contamina. Así ocurre con el Cristo: verdaderamente se encuentra en la deficiencia, pero está sin deficiencia e, incluso si ha [sido engendrado], es no engendrado. Así ocurre con el Cristo, se le comprende como sustancia pues de otra forma es incomprensible. El Cristo es el Todo. El que no posee el Todo no puede conocer al Cristo.
Hijo, no oses hablar palabra alguna sobre El. Del Dios del Todo no te formes imágenes mentales pues el que condena no será juzgado por el que condena. Es bueno, ciertamente, buscar y saber ¿quién es Dios?. El Logos y el Nous son masculinos . Quien quiera saber sobre Él que busque tranquila y reverencialmente, pues el riesgo al hablar de estas cosas no es pequeño.
Puesto que sabes que serás juzgado por todo lo que hablas, has de saber también esto: el que está en la oscuridad no podrá ver nada ni recuperará la vista si no recibe la Luz. Obsérvate a ti mismo para saber si posees la Luz verdadera para que, si andas buscando estas cosas, sepas cómo encontrar la solución. Hay muchos que buscan en la oscuridad y andan a tientas queriendo conocer y resulta que la Luz no está a su alcance.
Hijo, no permitas a tu mente mirar hacia abajo sino que mire mejor las cosas de arriba, pues la Luz viene siempre de arriba. Incluso si (tu mente) está en las cosas de la tierra, que busque las de arriba. Ilumina tu mente en la Luz celestial para convertirte en Luz celeste.
No te canses de llamar a la puerta del Logos y no dejes de ir por el camino del Cristo. Sigue (ese camino) para no fatigarte en tus trabajos. Si sigues otro camino no sacarás ningún beneficio. Los que transitan el camino ancho descenderán finalmente hacia la corrupción de la materia pues el mundo inferior está abierto para la psiquis y el camino de la corrupción es ancho. Acepta al Cristo, el camino angosto, pues El está oprimido al soportar el peso de tus errores.
¡Alma obstinada! ¿En cuanta ignorancia existes? ¿Quién es tu guía en la oscuridad? ¿Cuántas formas ha tomado el Cristo por ti? El, siendo Dios, se hace hombre entre los hombres. El desciende al mundo subterraneo para liberar a generaciones de la muerte y está con dolores como de parto, tal como ha dicho la Escritura de Dios. Y ha sellado su centro tapiando sus grandes arcos . Y todas las potencias (del mundo subterraneo) huyeron para que a ti, desgraciado, te saque del abismo y ha muerto por ti en pago de tus errores. El te ha salvado de la mano poderosa del mundo subterraneo.
Así que esfuérzate por ti mismo para mostrarle un signo de solidaridad para que te reciba con alegría. Este regalo de la solidaridad al Cristo es la humildad de corazón. El sacrificio aceptable es un corazón contrito. Si tú te humillas serás ensalzado y si te elevas serás grandemente humillado.
Hijo, cúidate del mal y no dejes que el espíritu del mal te lance al fondo del abismo puesto que es terrorífico, loco y cruel y precipita a todo el mundo al fondo de la fosa de la materia.
Es importante y bueno no desear la fornicación y ni siquiera pensar en esta cosa miserable puesto que pensar en ella es la muerte y no es bueno caer en la muerte. La psiquis que ha caido en la muerte se vuelve irracional y es mejor no vivir antes que caer en una vida animal. Guárdate, pues, de quemarte en los fuegos de la fornicación. Muchos arqueros, que no reconoces como tus enemigos, son sirvientes de ella.
Hijo, quítate el viejo vestido de la fornicación y revístete del vestido limpio, y brillante, que te dará belleza. Si tienes ese vestido, guárdalo bien. Líbrate de toda ligadura para que adquieras libertad. Arroja lejos de ti el deseo, cuyas maniobras son numerosas, y líbrate así de sus errores.
Escucha, psiquis, mi consejo: no seas guarida de zorros y de serpientes, ni madriguera de dragones ni de áspides, ni morada de leones o refugio de basiliscos. Si esto ocurre, ¿qué harás?. Pues éstas son las potencias del enemigo. Todo lo muerto entrará en ti por medio de ellas, pues su alimento es todo lo muerto y toda contaminación. ¿Si éstas están en ti cómo entrará lo vivo?. Los ángeles vivientes te repudiarán. Tú eras un templo y has hecho de ti un sepulcro. Deja de ser sepulcro y hazte templo, para que lo recto y lo divino habiten en ti.
Enciende la Luz que hay en ti, no la apagues. Nadie enciende una lámpara para las bestias o sus crías. Reanima las partes que han muerto en ti pues estaban vivas y han muerto. Dales vida y de nuevo vivirán.
El árbol de la vida es el Cristo. El es sabio ya que el Logos es la misma sabiduría. El es la Vida, el Poder, la Puerta, la Luz, el Angel y el Buen Pastor. Entrégate al que se ha hecho el Todo por ti. Llama dentro de ti como en una puerta y camina dentro de ti por un camino recto, pues por un camino así no es posible que te pierdas. Si llamas a esta puerta llamas a los tesoros escondidos puesto que siendo El la sabiduría, convierte al ignorante en sabio. Ella (la sabiduría) es un reino perfecto y un vestido brillante pues ella posee mucho oro para darte una gran gloria. La sabiduría de Dios ha tomado para ti forma de locura para que a ti, ignorante, te eduque y te haga sabio. La Vida es tu muerte, para que por esa muerte, ella, que antes no podía, te de la vida a ti, que estabas muerto.
Abandónate al Logos alejándote de lo animal que se manifiesta por su falta de razón. Muchos creen poseer la razón, pero si los observas, su palabra es una animalidad.
Alégrate en la viña verdadera del Cristo. Sáciate del verdadero vino que no da embriaguez ni tiene posos y que hace dejar la embriaguez al poseer aquello que despierta la psiquis y el Nous por el Espíritu de Dios. Mas al principio alimenta tu mente antes de beber.
No te hieras con la espada del error. No te quemes, desgraciado, en el fuego de la pasión. No te entregues a los bárbaros como un esclavo ni a las bestias salvajes que quieren hacerte caer. Pues ellas son como leones que rugen fieramente. No permanezcas en la muerte por temor a que te pisoteen. Sé un hombre puesto que es posible en tu mente ser más fuerte que ellas. El hombre que no hace nada no es digno del hombre racional. El hombre racional es el que tiene conciencia de Dios, y el que tiene conciencia de Dios no hace nada inconsciente. Y quien se guarda de hacer algo inconsciente es el que guarda su guía interior. Es un hombre que, aún estando sobre la tierra, se hace semejante a Dios. Y el que se vuelve semejante a Dios no hace nada que no sea digno de Dios, según el relato de Pablo, quien se hizo como el Cristo. Pues ¿cómo venerar a Dios no queriendo hacer lo que le agrada? El culto de Dios es el que procede del corazón. El culto de Dios que procede del corazón es toda psiquis que tiene conciencia de Dios. Y la psiquis que tiene conciencia de Dios es la que se mantiene sin contaminación. Y la psiquis que sirve de vestidura al Cristo es la que se está totalmente sin contaminación siendo imposible que cometa errores. Donde está el Cristo el error es aniquilado. Haz que solo el Cristo entre en tu interior y que aniquile todas las potencias que se han agregado a ti. Haz que entre en tu templo interior para expulsar de él todos los mercaderes. Haz que entre en el templo que está dentro de ti para que puedas ser para El un sacerdote y un levita sin contaminación. ¡Bienaventurada, psiquis, si lo encuentras en tu templo! ¡Aún más bienaventurada si celebras su culto!
El que profane el templo de Dios, Dios lo destruirá. Tú te expones a esto, hombre, si arrojas a El de tu templo, pues si los enemigos no ven al Cristo en tu interior entrarán en ti armados para aplastarte.
Hijo, yo te he dicho estas cosas muchas veces para que vigiles tu psiquis en todo momento. No eres tú quien la ha de rechazar sino que es El quien la rechazará puesto que si te alejas de El cometerás un gran error. Es más, si te alejas de El serás víctima de tus enemigos. Todos los seres torcidos huyen de su señor y aquel que es torcido en la virtud y en la sabiduría suele huir del Cristo y todo aquel que está separado (de El) cae en las garras de las bestias.
¿Quién es el Cristo? Conócelo y hazte su amigo pues El es más que un amigo fiel. Es Dios y el maestro. Es el que, siendo Dios, se hace hombre en ti, el que ha violentado las cerraduras de bronce y hierro del mundo subterraneo, el que ha dispuesto derribar a todos los tiranos soberbios, el que te libera de los lazos que te sujetan. Hizo salir a los pobres del abismo y a los afligidos de las regiones inferiores. Es el que humilla a las potencias orgullosas, el que avergüenza con su humildad a los presuntuosos, el que rechaza al orgulloso y vanidoso por su debilidad, el que menosprecia lo que se suele considerar como honor, de tal forma que la humildad a causa de Dios eleva enormemente.
El es el que se pone vestiduras de hombre y es Dios, el Logos divino, el que sostiene al hombre en todo momento, el que saca la humildad del orgulloso. Cuando se ha engendrado en el hombre lo hace semejante a Dios, no para rebajar a Dios hasta el hombre sino para que el hombre se convierta en semejante a Dios. Esta es la gran bondad de Dios: el Cristo, soberano que ha manifestado a los hombres la grandeza de la divinidad. Soberano de toda virtud y rey de la vida, rey del tiempo y grande en lo Alto. El que expresa un gran remanente de piedad escuchándonos y perdonándonos.
¿Dónde está el hombre inteligente, sabio o poderoso, el hombre que posee toda clase de sabiduría? ¡Que se exprese acerca de la sabiduría haciendo gala de su vanidad! Pues todos los hombres se han vuelto locos hablando a partir de sus conocimientos. Pero El trastoca los planes de la gente astuta y establece a los sabios en su inteligencia.
¿Quién podrá descubrir los designios del Todopoderoso o hablar de la divinidad explicándola correctamente? Si nosotros no podemos comprender los designios de los unos y los otros ¿quién podrá conocer a la divinidad o a las divinidades de lo Alto? Si nosotros conocemos difícilmente lo que está sobre la tierra ¿quién analizará las cosas de lo Alto?
Un enorme poder y majestad ha aparecido en el mundo. Y la vida de lo Alto quiere renovar todo para eliminar lo que es débil, así como toda oscuridad, para hacer brillar a cada uno con vestidos celestiales y así manifestar con esplendor el orden del Padre y para coronar a los que quieren luchar noblemente. Siendo Maestro el Cristo es El quien da la corona a todos los que está enseñando a luchar. El es quien ha luchado en primer lugar recibiendo la corona y conquistando el poder y se manifiesta iluminando a cada uno. Y es por el Espíritu Santo y el Nous por lo que todo se renueva.
Señor Todopoderoso, quiero glorificarte. Pero nadie puede glorificar a Dios según lo que él es. Eres Tú quien ha glorificado a tu Verbo para salvarnos ¡Oh Dios misericordioso!. El es quien ha salido de tu boca y ha ascendido desde tu corazón, el Primer Nacido, la Sabiduría, el Prototipo, la Primera Luz. Pues es Luz emanada de la potencia de Dios. Emanación pura de la gloria del Todopoderoso y es el espejo sin mácula de la obra de Dios, imagen de su bondad. Es también la Luz de la eternidad, la mirada que contempla al Padre invisible, sirviendo siempre y actuando según la voluntad del Padre y que ha sido engendrado sólo por la voluntad del Padre. Es una Palabra incomprensible, la Sabiduría y la Vida. Todos los seres vivientes y las potencias viven por El y El los alimenta. Así como la psiquis hace vivir a los miembros (del cuerpo físico) El gobierna todo con su potencia y lo hace vivo. El es el principio y el final de todas las cosas, presente en todo y conteniéndo todo. Y se afana por todo alegrándose y lamentándose también. Se lamenta por aquellos a los que ha tocado el lugar del castigo. Se afana por los que lleva trabajosamente a la Sabiduría. Pero se alegra por todos los que están en la Luz.
Guárdate de caer en manos de ladrones. Y no permitas el sueño a tus ojos, ni adormecimiento a tus párpados, para escapar como una gacela de las redes o como un pájaro de una trampa.
Combate la gran batalla tanto como dure la batalla pues todas las potencias han puesto su mirada en ti. Y no sólo las que son perfectas sino también todas las potencias del Enemigo. ¡Ay de ti si eres derrotado entre todos los que te observan! Si libras el combate y triunfas sobre las potencias que están contra ti causarás una gran alegría a todos los perfectos y una gran aflicción a tus enemigos. Tu Maestro te ayuda plenamente, queriendo que seas vencedor.
Escucha, hijo, y no seas duro de oído. Levántate como un águila y abandona tu hombre viejo. Ten conciencia de Dios en todas tus acciones y glorifica a Dios con tu recto proceder sabiendo que todo hombre que no complace a Dios es hijo de la perdición y descenderá a los abismos del mundo subterraneo.
¡Qué paciencia la de Dios sosteniendo a cada uno y queriendo que sean salvados todos los que han caído en el error! Nadie puede impedirle hacer lo que quiere pues ¿quién es más fuerte que El para detenerlo? Ciertamente es El quien toca la tierra para hacerla temblar y para sacar humo de las montañas. El ha contenido la grandeza del mar como en una jarra y El ha medido todo el agua en la palma de su mano. Y es la mano del Señor quien ha creado todo esto. Y la mano del Padre es el Cristo, la que hace todas las cosas. Por ella ha nacido todo, ella ha sido la madre de todo. El es siempre Hijo del Padre.
Reflexiona sobre esto: Dios Todooderoso no es el único monarca, no vaya a ser que excluyas al Hijo divino. Todo es obra de Dios y ha nacido por el Logos, o sea, el Hijo, la imagen del Padre, tanto lo que está próximo a El como lo que esta lejos. Todas las huellas divinas son parte de Dios. Si una parte de Dios está en concordancia contigo acerca de una cosa, la Divinidad entera está en concordancia contigo. Pero esta divinidad no está en concordancia con nada malo pues El enseña a todo hombre lo bueno. Es El al que Dios ha entregado a los humanos para que, por medio de El, todos los hombres sean aún más elevados que ángeles y arcángeles.
Dios no necesita poner a prueba a ningún hombre. Conoce todas las cosas antes de que se produzcan, conoce los secretos del corazón que son claros y deficientes ante El. Que nadie diga nunca que Dios ignora algo pues no es razonable pensar en el Dios creador como ignorante puesto que incluso lo que está en la oscuridad está ante El como (en) la Luz. No hay nadie que pueda esconderse de Dios pues todo le es manifiesto y todo lo que está totalmente escondido se le revela porque Dios conoce todo. Así que si alguien no quiere reconocer algo acabará confundido en su corazón.
Dios está oculto porque nadie comprende los asuntos de Dios pues sus designios son inaccesibles e insondables. Incluso es difícil seguir sus huellas y es difícil encontrar al Cristo puesto que habita en todas partes pero, al mismo tiempo, no está en ningún lugar. Nadie, aunque quiera, podrá conocer a Dios tal como es, ni al Cristo, ni al Espíritu, ni a los coros angélicos, ni a los arcángeles, ni a los tronos de los espíritus, ni a las dominaciones de lo Alto ni al Gran Nous si no se conoce a sí mismo.
Abre la puerta al que es. Llama en ti mismo para que te abra el Logos. El es el rey de la fe y la espada afilada, el que se ha hecho todo para todos porque quiere tener piedad de cada uno.
Hijo, apréstate para escapar de las potencias del mundo de las tinieblas pues el aire está lleno de potencias. Si tú posees en ti al Cristo, vencerás a todo este mundo. Lo que abras para ti lo abrirás, a dónde llames dentro de ti llamarás siendo útil a ti mismo.
Ayúdate, hijo, no caminando con quien no tenga utilidad.
Hijo, purifícate al principio en la vida exterior, a fin de poder purificar la del interior.
Y no seas como los comerciantes de la palabra de Dios. Pon a prueba todas las palabras antes de emitirlas.
No desees adquirir las glorias inconsistentes, ni tengas el orgullo que lleva a la perdición.
Toma y guarda la Sabiduría del Cristo paciente y amable, hijo mío, sabiendo que la vía de Dios es siempre provechosa.